viernes, 4 de diciembre de 2009

Sólo un café, por favor

A pesar de que todos los días es lo mismo, tengo la esperanza de que tu desdicha, el micro cosmos de tu golpeada cotidianidad o cualquiera sea la razón de tu disposición al trabajo, esté de vacaciones.

Entro en la panadería y dejo caer cualquiera de las siguientes frases:
"Buenos días","Buenas tardes", "Hola ¿cómo estás?", "Hola ¿cómo está?".
Te tuteo, no te tuteo. Siempre con un "Por favor" como punta de lanza.
Tu respuesta: una cara de rabia y ni una palabra.
Las fórmulas de interacción se me acaban para tratar de obtener una respuesta distinta de tu parte.

He llegado a imaginarme pidiendo una cosa tras otra,cual más inverosímil,con el sólo propósito de sacarte de quicio.
Para que explotes de una buena vez,te deseperes y me digas: ¡Odio este trabajo! ¡Quiero cambiar! ¡Tengo problemas en mi casa! ¡No dormí suficiente!¡Odio tu cara! ¡Odio al mundo! ¡Me duele una muela desde que nací!
Una razón, cualquiera que sea, que me explique el por qué de tus humores para con cualquier persona que te habla.

Pero no me atrevo.Vuelvo y repito, una vez más:
Buenos días señorita,sólo un café por favor.

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